El sistema por normotermia conserva al órgano en su temperatura habitual (37°), lo que le permitiría consumir la cantidad normal de oxígeno y nutrientes
Actualmente, una de las posibles vías para incrementar el número de trasplantes es la donación en asistolia, hasta el punto de que en España 1 de cada 4 donantes lo es en asistolia. Aún así, algunos expertos de la materia optan por poner la mirada en lograr un mejor sistema para prolongar el tiempo de conservación de los órganos, desde que éste se extrae del donante hasta que se implanta en el receptor. El método habitual, de mantener el órgano sumergido en frío con un líquido de preservación, "presenta muchas limitaciones", según ha declarado a SaluDigital.es el director general de EBERS Medical Technology, Pedro Moreo. Esta empresa española lidera el proyecto PRENOMON, cuyo objetivo principal es desarrollar un sistema de preservación de órganos para trasplante que sea capaz de mantener el órgano con sus condiciones funcionales durante el proceso de preservación.
La técnica que se utilizaría para ello es la normotermia, es decir, la conservación del órgano a temperatura habituada (37°). En este estado, el órgano lograría consumir la cantidad habitual de nutrientes y de oxígeno. Así, además de conservar la temperatura normal del órgano, apunta Moreo, habría que prefundirlo con una solución de preservación que jugaría el papel que realiza la sangre y que, por tanto, le transportaría el oxígeno y los nutrientes necesarios.
El desarrollo de este dispositivo se va a centrar en la preservación de órganos sólidos, en concreto para el hígado y el riñón. Esto, se debe a dos motivos según Moreo: de mercado, porque son los dos órganos más trasplantados a nivel mundial (89% entre los dos), y científicos, debido a que se trata de dos órganos con una preservación “bastante similar”.
Esta novedosa técnica de conservación, la normotermia, tiene “muchas ventajas frente al método habitual”. Para este empresario, la principal es que es compatible con mayor número de órganos, lo que “permitiría aumentar el número de órganos trasplantados”. Así, con esta técnica van a probar órganos subóptimos, marginales o de peor calidad ya que “no va a dañar nada al órgano”. De esta manera, “abriría las puertas a trasplantar órganos que en condiciones habituales no se trasplantan”.
Con esta forma de preservar el órgano, se aumentarían los plazos de conservación del mismo: en hígado, de las 7 y 9 horas habituales, podría pasar a la preservación de más de 24 horas
Por otra parte, otro de los atractivos del proyecto es que al conservar los órganos en condiciones fisiológicas, funcionan con normalidad y se puede medir el funcionamiento del mismo. Por ello, la máquina proporcionará información “objetiva” sobre el estado y la función del órgano preservado, lo que supondría “un apoyo enorme a la toma de decisión del cirujano que lo va a implantar”.Asimismo, el sistema lograría aumentar los plazos de preservación de los órganos. Mientras, con el método habitual “el hígado, por ejemplo, puede conservarse entre las 7 y 9 horas, nosotros estamos obteniendo plazos de preservación de más de 24 horas”. Para Pedro Moreo, esta ampliación en el tiempo de conservación “simplificaría enormemente toda la logística tanto extra como intrahospitalaria”, lo que llevado a la práctica permitiría “un uso más eficiente del quirófano y un ahorro de costes notable”.
COMPOSICIÓN DEL EQUIPO
El sistema que se va a desarrollar estará formado por dos partes: el aparato principal será la máquina de perfusión, una parte fija que incorpora las bombas, sistemas de calentamiento, de medida y de control, así como el software. Por otra parte, el dispositivo tendrá un circuito y una cámara de perfusión donde estarán los elementos del equipo que se mantendrán en contacto con el órgano y el líquido.
Según Pedro Moreo, esta técnica "va a ser esencial en el mundo de los trasplantes en los próximos años" porque permitirá trabajar con órganos de peor calidad que hasta ahora no se trasplantaban
La previsión es que el proyecto se desarrolle durante los próximos tres años, marcándose Pedro Moreo el objetivo de desarrollar este nuevo sistema, además de “industrializar el producto y llevarlo a mercado, a un nivel comerciable”. Para ello, durante un primer año se procederá a rediseñar la máquina de perfusión para “para poder fabricarla en cantidades grandes”, parte de la que se encargará EBERS Medical Technology.A continuación, se procederá a repetir el proceso pero con todos los elementos del equipo: el software, que será desarrollado por el Instituto Tecnológico de Aragón ITAINNOVA y que será optimizado para que funcione en tiempo real, a la vez que sea seguro ante posibles fallos; los sensores en línea, que se encargarán de proporcionar la información de la función del órgano, y que serán diseñados por la Universidad de Zaragoza y la empresa BEOnChip; o el circuito de perfusión, que será rediseñado por la Fundación Aitiip.
Por último, en el tercer año se pondrán en marcha los ensayos correspondientes que, según el marco del proyecto PRENOMON, van a ser ensayos preclínicos con un modelo de trasplante hepático y renal en cerdo.
ESENCIAL EN TRASPLANTES
Para Pedro Moreo, este sistema “va a ser esencial en el mundo de los trasplantes en los próximos años”. Y es que, para el director general de EBERS Medical Technology, la principal solución para combatir las listas de espera será el “uso de órganos de peor calidad” pero que estén “preservados en buenas condiciones”.
Aunque la preservación en normotermia “lleva entre 10 y 15 años apareciendo de forma más intensa en trabajos de investigación”, no está siendo hasta ahora cuando existen “empresas a nivel mundial que estamos desarrollando este tipo de sistemas”. Un modelo que, según Moreo, “tiene la seguridad de que funciona bien” y que ha despertado “mucho interés” en los profesionales sanitarios.