“Hasta ahora la medicina sólo detectaba enfermedades cuando aparecían los síntomas”

El doctor Cacabelos, presidente del Grupo EuroEspes, explica a Saludigital el lanzamiento y las ventajas de la plataforma internacional EuroPharmaGenics, primera base de datos privada de farmacogenómica que aborda aspectos vinculados con la medicina genómica.

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4 febrero 2017 | 00:01 h
El doctor Ramón Cacabelos.
El doctor Ramón Cacabelos.
ElGrupo EuroEspes acaba de lanzar la plataforma internacional EuroPharmaGenics (EPG), primera base de datos privada de farmacogenómica que aborda aspectos vinculados con la medicina genómica y que permite al usuario realizar búsquedas sobre las propiedades y efectos de los medicamentos aprobados por las agencias reguladoras.

Saludigital ha podido conversar y entrevistar a su presidente, el doctor Ramón Cacabelos, también presidente de la Asociación Mundial de Medicina Genómica.

¿Por qué se crea esta plataforma? ¿Qué origen tiene?

Uno de los problemas más importantes a los que se enfrenta la medicina actual es el uso inadecuado de medicamentos. De hecho, empieza a haber voces a nivel internacional que alarman sobre la posibilidad de que el mal uso de fármacos se esté convirtiendo en el tercer problema de salud en los países desarrollados. Obviamente, esta no es la razón por la que hemos elaborado la plataforma, pero es un elemento, desde un punto de vista práctico, absolutamente fundamental.

El motivo por el que se crea esta plataforma es, primero, una respuesta a la llegada y próxima implantación de la medicina genómica del futuro. Hasta ahora la medicina sólo detectaba enfermedades cuando se presentaban los síntomas y, fundamentalmente, lo que hacen los fármacos es tratar síntomas. Sin embargo, la medicina genómica revolucionará este concepto.

“Han empezado a surgir voces que alarman sobre la posibilidad de que el mal uso de fármacos se esté convirtiendo en el tercer problema de salud en los países desarrollados”
La segunda razón, que además depende de la anterior, es el diagnóstico precoz. Porque si tienes capacidad de predecir ese riesgo, 20 o 30 años antes de que aparezca una enfermedad, estás en condiciones de poner en marcha planes profilácticos y preventivos que hasta el momento eran imposibles puesto que la medicina convencional se entiende como tal una vez que aparece el síntoma, entonces tienes una enfermedad. Pero es obvio que esto no es así. Puedes tener un cáncer sin saberlo. Y todas las enfermedades crónicas y degenerativas, antes de que produzcan síntomas, van destruyéndonos durante dos o tres décadas. Por lo tanto, el concepto médico tiene que cambiar, desde el entendimiento de las causas,el diagnóstico precoz y, consecuentemente, el tratamiento personalizado.

¿Cómo se organiza esta gigantesca base de datos? ¿Y qué aporta como novedoso?

Contiene tres grandes bloques: fármacos, genes y enfermedades. La novedad que aporta, valga la redundancia, es que todo lo que aporta resulta absolutamente nuevo. Se aborda, por ejemplo, la propia concepción de una enfermedad desde el punto de vista de su etiopatogenia (el conjunto de factores primarios que la causan y la influencia que tiene la vulnerabilidad genómica); es decir, se analizan todos los genes sobre los que hay conocimiento y consenso internacional, y se realiza una revisión nueva de los medicamentos, que modifica bastante el vademecum convencional.



Además, la plataforma aporta otra gran novedad, el perfil genómico de cada medicamento, que se compone de sus mecanismos de acción y comportamiento ante determinados genes. Se trata, por tanto, de la primera base de datos farmacogenómica práctica.

¿Qué equipo se encuentra detrás de esta iniciativa?

La organización internacional de la plataforma se ha coordinado desde el centro médico EuroEspes. En la EPG, en base a datos, lo mejor estructurado se refiere a Europa, América y Japón. En términos de nombres comerciales, tenemos en la plataforma más de 36.000 medicamentos, sumados los 27 países de la Unión Europea, Japón, Canadá, EE.UU. y América Latina. Todo trabajado sobre una misma plantilla; hemos seguido un método común para que los equipos que conformaban la guía hiciesen lo mismo. Hemos escudriñado las bases de datos más potentes del mundo, tanto públicas como privadas, de los países involucrados. China, India y Rusia han sido los tres lugares donde la tarea ha resultado más complicada.

“Toda la información se ha ensamblado mediante un modelo bioinformático; tiene una parte de accesibilidad gratuita y, luego, existen tarifas de suscripción dependiendo del nivel de utilización”
También se han revisado más de 100.000 referencias bibliográficas internacionales. Finalmente, toda la información se ha ensamblado mediante un modelo bioinformático, para que la web pueda ser interactiva. Tiene una parte de accesibilidad gratuita y abierta a todo el mundo. Y, luego, existen tarifas de suscripción dependiendo del nivel de utilización y grado de interacción. Obviamente, está pensada para que el acceso sea rápido, económico… Y, como explicaba antes, gratuitamente uno puede escudriñar todo lo que la plataforma da de sí.

¿A quién se dirige esta plataforma?

La plataforma va dirigida fundamentalmente, como es lógico, a médicos, investigadores y profesionales de la salud, pero también está pensada para el usuario de la calle, ya que a día de hoy el conocimiento ha de resultar accesible para cualquier ciudadano.

Lógicamente, una plataforma así debiera estar en la biblioteca de todo hospital y centro sanitario. Pero también ha sido diseñada para que ese paciente que consume crónicamente medicamentos pueda acceder a ella y conozca en profundidad el fármaco que está tomando, qué elementos de su genoma van a ser determinantes para que el compuesto funcione adecuadamente, evitándose efectos secundarios.


Creemos firmemente que no hemos de bunkerizar el conocimiento científico, sino abrir sus puertas y ventanas para que sea poroso y llegue cuanto antes a la calle. Es uno de los objetivos que perseguimos desde EuroPharmaGenics.

¿Qué acogida ha recibido por parte de la comunidad internacional?

“Creemos firmemente que no hemos de bunkerizar el conocimiento científico, sino abrir sus puertas y ventanas para llegue cuanto antes a la calle”
Ha sido muy buena. Ya teníamos la experiencia de 2012 cuando sacamos en papel la primera guía mundial de farmacogenética, un volumen de 3.000 páginas. A las 24 horas de su lanzamiento, el primer centro en adquirirla fue la biblioteca de la Clínica Mayo de Rochester (en EE.UU.) y, a partir de ahí, prácticamente el 40% de las universidades norteamericanas y europeas también se ha hecho con ella.

De modo que la acogida, muy buena; incluso entre personas, a título individual. Sobre todo, familias donde hay un enfermo crónico, ellos también saben de la enorme utilidad de este tipo de recursos. Y es que una guía de estas características debiera tenerla cada facultativo en su mesa de trabajo o mesita de noche, como una especie de pequeña biblia para ayudarse en la prescripción correcta.

¿De qué forma se mejora y mantiene vigente la plataforma?

Actualizamos permanentemente la plataforma; no tendría ningún sentido de otra manera, ya que actualmente cada cinco años el volumen de información médica no sólo se duplica sino que se queda obsoleto. Por tanto, lógicamente la base de datos debe ser actualizable y corregible continuamente: desde defectos informáticos que pueda tener hasta información científica que hoy se considera aceptada por la comunidad científica y mañana quizá no. Todo eso hay que tenerlo en cuenta y no establecer dogmas. La ciencia es el cambio permanente. No puede uno quedarse estancado en una idea permanentemente, sino cambiarla a medida que ese concepto evoluciona. Este tipo de plataformas tiene ese espíritu, de lo contrario sería un instrumento muy limitado.
Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
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