Diseñan un útero artificial que aumentaría la supervivencia de los prematuros extremos

La previsión un equipo científico del Hospital Pediátrico de Filadelfia es que en un plazo de 10 años los bebes prematuros extremos puedan completar su desarrollo en cámaras que usan líquido amniótico artificial.

JUANJO CARRILLO CÓRDOBA
29 abril 2017 | 00:02 h
Ilustración del sistema diseñado por el Hospital Pediátrico de Filadelfia (Estados Unidos)
Ilustración del sistema diseñado por el Hospital Pediátrico de Filadelfia (Estados Unidos)

Las últimas estimaciones que ha difundido la Organización Mundial de la Salud (OMS) revelan que cada año nacen unos 15 millones de bebés prematuros. Trasladado al marco europeo, se puede observar cómo un 10% de los alumbramientos se producen de un modo precoz, mientras que en España los datos porcentuales se sitúan en un 6,41%. Estas cifras suponen que uno de cada trece pequeños nació de forma precoz, es decir, hubo 29.122 bebés prematuros en nuestro país en el año 2012, según apunta el Instituto Nacional de Estadística.

"El sistema podría prevenir la morbilidad severa sufrida por los extremadamente prematuros mediante una tecnología médica que no existe actualmente"

A finales del siglo XIX se comenzó a utilizar un dispositivo en neonatología que, desde entonces, facilita el desarrollo de aquellos bebés que han sido prematuros mediante la confección de un ambiente con la humedad y temperatura idóneas: la incubadora. No obstante, la tecnología aplicada al campo de la gestación humana, lejos de frenar su progresión, está avanzando a pasos agigantados. Tanto es así que un equipo de investigadores del Hospital Pediátrico de Filadelfia (Estados Unidos) ha diseñado un útero artificial que permite aumentar la supervivencia de aquellos recién nacidos que han sido prematuros extremos. Según explica el organismo dependiente de Naciones Unidas, se considera prematuro extremo a los bebés que han tenido un periodo de gestación inferior a las 28 semanas, mientras que si el nacimiento de un ser humano se produce tras un plazo de 40 a 37 semanas de embarazo se considera un proceso normal, donde el recién nacido es capaz de desarrollarse sin ayuda médica.

El sistema es, en sí mismo, una bolsa que emula el ambiente de la placenta gracias a un fluido similar al líquido amniótico. El objetivo último del dispositivo es imitar las condiciones del vientre materno, lo que permitiría a los bebés terminar de desarrollar con éxito sus pulmones y otros órganos de su anatomía. El revolucionario dispositivo, que ha sido publicado en la revista científica Nature, se ha probado con éxito in vivo en ovejas.

El coautor del estudio y director del Centro de Investigación Fetal del Hospital Pediátrico de Filadelfia (CHOP, por sus siglas en inglés Children's Hospital of Philadelphia), Alan W. Flake, ha señalado que el innovador proyecto que han desarrollado "podría prevenir la morbilidad severa sufrida por los bebés extremadamente prematuros mediante una tecnología médica que no existe actualmente". Con este dispositivo, el equipo médico persigue aferrar a la vida a los prematuros de 23 semanas de gestación hasta que alcancen un crecimiento similar al de un bebé que nazca a las 28 semanas, con lo que se alejarían del umbral que pone en riesgo su supervivencia.

El propio Flake ha explicado que "en este periodo, los bebés tienen una necesidad urgente de que exista un puente entre el útero materno y el mundo exterior". "Si podemos desarrollar un sistema extrauterino que apoye el crecimiento y la maduración durante unas pocas semanas, podemos mejorar las perspectivas de forma extraordinaria", ha asegurado el investigador del Centro de Investigación Fetal del CHOP.

UN SISTEMA QUE HA CONSEGUIDO SOLVENTAR COMPLEJOS PROBLEMAS

El dispositivo, que ha sido desarrollado a lo largo de tres años, se ha enfrentado a dos problemas clave por lo que una incubadora no puede utilizarse con un ser vivo tan inmaduro. De un lado, los prematuros extremos tienen un corazón muy poco desarrollado, por lo que no soportan la presión de un sistema de circulación sanguínea externo. Así, este útero artificial carece de un mecanismo de bombeo para mantener la circulación de la sangre, por lo que le llega a través de un cordón umbilical sintético. Es el animal el que, mediante su propio corazón, regenera este circuito y adquiere así los nutrientes que necesita.

"Esta técnica supone un gran beneficio en la salud de los pequeños y, además, reduciría los costes sanitarios"

Así mismo, como los pulmones de un recién nacido aún no son funcionales como respirar de forma autónoma en una atmósfera de oxígeno, no se incluye ningún sistema de ventilación, sino que el animal prematuro está inmerso en un líquido amniótico de laboratorio con el que sus pequeños pulmones intercambian oxígeno y dióxido de carbono. Un mecanismo que se encuentra en condiciones de esterilidad y mantiene constante la temperatura, la presión y la luz en un ambiente que simula por completo el interior de una placenta. Así, el sistema ideado por el equipo del doctor Flake ha conseguido mantener a los corderos con vida y en perfectas condiciones de salud durante 28 días.

EL FUTURO EN HUMANOS

La previsión del equipo científico estadounidense es que en un plazo de 10 años a partir de este momento los bebes prematuros extremos puedan completar su desarrollo en cámaras que usan líquido amniótico artificial. Esta técnica, que evita que el bebé fallezca en una incubadora, es "un gran beneficio en la salud de los pequeños y, además, reduciría los costes sanitarios". Así, uno de los primeros pasos iría encaminado a adaptar las dimensiones del útero artificial, puesto que a día de hoy está diseñado en relación a las dimensiones de las pequeñas ovejas.


No obstante, la evidencia científica resalta que no parece viable que se pueda reducir la supervivencia de los prematuros extremos por debajo de las 23 semanas. Existe un límite físico por un tamaño mínimo de los bebés, y un límite fisiológico que es incompatible con la vida fuera de la madre, según destaca el propio estudio del Hospital Pediátrico de Filadelfia. Unas limitaciones que están establecidas en unos 500 gramos de peso y seis meses de gestación.

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