Para su fabricación, los investigadores imitaron el comportamiento de la bacteria que causa la tripanosomiasis africana, conocida como enfermedad del sueño
Para poder manejar estos dispositivos por el interior del organismo, los desarrolladores diseñaron un método de fabricación que profieren a estos nanorobots un campo electromagnético que, al recibir calor, cambian de forma y permiten su movimiento.A diferencia de los robots convencionales, estos nanorobots son suaves y flexibles (son conocidos como origami, en referencia al arte japonés de la papiroflexia). Están compuestos de un hidrogel biocompatible y nanopartículas magnéticas. Para su construcción, los investigadores imitaron el comportamiento de la bacteria que causa la tripanosomiasis africana, conocida como enfermedad del sueño, especialmente cuando se desplaza por el torrente sanguíneo de los pacientes.
Como señala Selman Sakar, uno de los principales investigadores, "nuestro nuevo método de producción nos permite probar una gran variedad de formas y combinaciones para obtener la mejor capacidad de movimiento para una tarea determinada. Además, nuestra investigación también proporciona información valiosa sobre cómo se mueven las bacterias dentro del cuerpo humano y se adaptan a los cambios en su microambiente”.
De momento, los nanorobots están en fase de pruebas, aunque los desarrolladores esperan que, conforme vaya avanzando su evolución, podrían ser útiles tanto para el diagnóstico de enfermedades como para diversas aplicaciones médicas de forma mínimamente invasiva.