La vida online

Alfonso Vidal
Jefe de las Unidades del Dolor de los Hospitales Sur, La Luz y Valle del Henares de Quirónsalud

Hasta hace siete meses la mayor parte de los españoles hacía un uso moderado del comercio electrónico, con ratios parecidos a los del entorno occidental, pues compartimos estilo de vida, gustos, intereses, empresas logísticas nacionales y multinacionales, red de comunicaciones con pequeñas peculiaridades.

Pero, a raíz del confinamiento que imponía el aislamiento en cada residencia particular para luchar contra el contagio, el hábito de compra on line ha crecido alrededor de un 25% sobre todo en la venta on line de artículos deportivos, vitivinícolas, relacionados con reformas del hogar y juguetería, al tiempo que decaía la adquisición de libros y ropa.

Estos cambios de conducta merecerían un análisis en profundidad sobre nuestros hábitos de consumo pues estos se han alterado sobremanera con motivo de este aislamiento forzado que recortó drásticamente nuestra forma de relacionarnos con el mundo comercial. Pero también con pautas vinculadas al ocio, el entretenimiento, la vida social, que fueron cercenadas sin darnos ninguna alternativa. Sólo quedaba abierta la vía on line, sin limitación, 24h día.

Aunque los productos fueran los mismos, nuestra manera de relacionarnos, variaba ostensiblemente

Desde que esta fórmula se implantó en nuestro país he creído que surgía como un mundo paralelo y simultáneo al ya existente. Aunque los productos fueran los mismos, nuestra manera de relacionarnos, de comunicarnos, variaba ostensiblemente, casi anulando al vendedor. En adelante sería una simple computadora que recabaría nuestra petición y la cursaría para darle satisfacción al cliente y que éste recibiera el producto final casi sin manipulación ni intervención de la mano humana. Es el ser humano en su soledad frente a la máquina.

En esta terrible fase de encierro, un sector que ha tenido que empezar a adaptarse a los nuevos tiempos es el farmacéutico, y no con ello hablo de los laboratorios, sino más concretamente de los dispensarios de fármacos, las tradicionales boticas, oficinas a las que nos hemos dirigido toda la vida cuando nos prescribían tal o cual pastilla, jarabe, inyectable, etc.

Conocemos los recursos de las grandes superficies comerciales, con repartos a domicilio. Nos hemos familiarizado con la distribución de comida y bebida hasta nuestra puerta. Con la irrupción de algunas empresas logísticas ya vivimos con naturalidad adquirir todo tipo de ropa, complementos, libros, material deportivo, de ferretería, de juguetería, etc.

Pero no estábamos acostumbrados a pedir medicamentos on line, quizá por seguir los consejos médicos de no automedicarnos, sino esperar el diagnóstico y obrar en consecuencia cuando dispusiéramos del talón o receta física, en papel o soporte electrónico, que nos autorizase a adquirir el producto. También se debe a la propia regulación de la venta exclusiva bajo prescripción facultativa.

Conozco casos de dispensarios que llevan a domicilio los fármacos, pero no como un servicio consolidado, sino como un favor especial

Cada día más normal el uso de algunos fármacos que no requieren receta, ya integrados en la llamada “cesta de la compra”, pomadas, colirios, apósitos y mascarillas…como una compra más. Por citar un ejemplo.

Cierto que la receta electrónica ha facilitado a los pacientes poder disponer de los medicamentos necesarios para su salud, reduciendo número de citas en las dolencias crónicas optimizando recursos, más en esta época de aislamiento.

La receta electrónica asegura el acceso a los tratamientos prescritos, preservando el derecho del paciente ¿Para cuándo ampliación al ámbito de la medicina privada?

Existiendo la firma electrónica que identifica al prescriptor sin lugar a duda es un reto tecnológico para emprendedores que podrá abordarse con la aquiescencia de todos los agentes implicados.

Pero no bastaba para mucha gente con limitaciones tanto físicas como témporo-espaciales. Así, personas con discapacidad, accidentadas, sin tiempo y las muy alejadas demandan una respuesta a sus necesidades y parece que por ahora solo algunas boticas pueden prestar ese servicio on line. Conozco casos de dispensarios que llevan a domicilio los fármacos, pero hasta ahora no como un servicio consolidado, sino como un favor especial a ciertos clientes limitados.

Prescripción y financiación e identificación de paciente en el plano electrónico pueden ser on line pero que el producto-medicación llegue a quien lo precise requiere de una distribución encomendada a las oficinas de farmacia.

Los nuevos tiempos demandan nuevas respuestas, nuevas formas de interrelacionarse con los clientes y quizá el futuro pase por definir nuevos espacios con la logística necesaria para distribuir todo tipo de fármacos.  

Al igual que el servicio sanitario se acerca a la persona necesitada, aunque viva en la aldea perdida, la panoplia de sus tratamientos también tendría que ser posible. ¡Ay, la España vaciada! Gracias a Correos.

Algunas boticas ya se han coordinado en redes para garantizar su supervivencia y esta realidad que describo no les es ajena, porque el mercado es igual de estricto con ellas que con las zapaterías

La concesión administrativa de las boticas igual que tantos otros comercios tienen que adaptarse a las necesidades y no en todas partes hay dispensarios, ni tiempo, ni facilidad física. Se trata de darwinismo puro y duro. Ni todo el mundo dispone de identidad electrónica ni competencia en el manejo de las nuevas tecnologías.

Los pacientes precisan sus medicamentos aquí y ahora y no siempre pueden ir de un establecimiento a otro como si de estaciones de semana santa se tratara y aunque es verdad que la distribución cada vez es más eficiente, no en todas partes llegan con la premura que requieren los estados de salud del público comprador.

Algunas boticas ya se han coordinado en redes para garantizar su supervivencia y esta realidad que describo no les es ajena, porque el mercado es igual de estricto con ellas que con las zapaterías, las tiendas de ropa, las jugueterías, etc., y estos espacios comerciales ya viven esta situación con preocupación si no se adaptan a los nuevos tiempos. Ya lo dice la bióloga y comunicadora científica Evelyn Segura: adaptarse o morir.

Repensar el sistema de atención, cuidados, y servicios, es el mensaje que deja la pandemia. Ahora falta el que el paciente elija el servicio electrónico de dispensación y distribución que mejor pueda satisfacer sus necesidades.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
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