Lo primero que hay que pensar es que, por muy pequeños que sean los cambios, los efectos en el aspecto total pueden ser chocantes, por lo que se debe realizar al milímetro
Este procedimiento puede cambiar el tamaño, la forma o la simetría de tu nariz, por lo que es el tercero más demandado de las cirugías plásticas, solo por detrás del aumento de pecho y de la liposucción. Eso sí, lo primero que hay que pensar es que, por muy pequeños que sean los cambios, los efectos en el aspecto total del rostro pueden ser chocantes, por lo que lo ideal es realizar pequeños retoques milimétricos.
Hay varios pasos que están involucrados en el proceso de la rinoplastia. En primer lugar, es necesario determinar lo que se desea cambiar de la nariz. En segundo lugar, habrá que decantarse por un cirujano plástico cualificado y por un tipo de procedimiento concreto.
Las correcciones más comunes en una rinoplastia pasan por alterar o remodelar el puente nasal, reducir la anchura total de la nariz, agrandar o reducirla, remodelar la punta nasal, reducir el tamaño de las fosas nasales; o corregir el ángulo existente entre la nariz y el labio.
En cuanto a los tipos de cirugía a los que nos referimos, encontramos la rinoplastia abierta y la rinoplastia cerrada. Concretamente, la rinoplastia abierta consiste en una pequeña incisión en el centro de la columela para visualizar la estructura nasal interna. De esta manera, el propio tejido del paciente, los injertos y las suturas pueden colocarse con habilidad para corregir el problema con un resultado natural.
En cambio, la rinoplastia cerrada, también conocida como el enfoque ciego, se utiliza más para camuflar que para corregir. No obstante, la decisión se debe tomar una vez que el cirujano plástico haya evaluado tu nariz y tus objetivos reales.
Una vez concluida la rinoplastia, las revisiones médicas debería ser periódicas durante los 12-18 meses después para corregir la forma de la cicatrización durante el proceso de curación.
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