La fase oleosa está compuesta por aceites orgánicos de origen vegetal, mientras que la fase acuosa está constituida por agua orgánica de rosas de Bulgaria
La firma ha rellenado sus envases con lo más aprovechable de la naturaleza para conseguir cremas de textura aterciopelada, aguas suaves y geles refrescantes para todos los tipos de piel. De esta manera, tratan de recuperar la vitalidad y el equilibrio de la piel, al mismo tiempo que la protege de los efectos del envejecimiento prematuro sin la necesidad de recurrir a ingredientes químicos.Además, todos los productos JYB están envasados al vacío, por lo que mantienen sus propiedades hasta seis meses después de su apertura a pesar de no tener parabenos, colorantes o derivados del petróleo. En cuanto a su efectividad, ésta se deriva de la alta concentración en ingredientes orgánicos con certificado de origen.
Con un total de 10 productos, la nueva línea ofrece soluciones eficaces para reactivar y regular las funciones naturales de la piel. Su fase oleosa está compuesta por aceites orgánicos de origen vegetal como los de Tamanu, Argán y Espino Marino, que están considerados aceites preciosos por su elevado coste y su gran riqueza en principios activos. La fase acuosa está constituida por agua orgánica de rosas de Bulgaria.
Como productos estrella, encontramos la Mascarilla exfoliante facial para una limpieza profunda, a la que le sigue el Gel de limpieza facial para acabar con las impurezas, y el Agua floral indicado para limpiar, purificar y dejar el rostro bien hidratado.
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