En pocas palabras, es posible recibir un tratamiento dental sin nerviosismo, estrés ni ansiedad. Ello permite realizar tratamientos más largos en una sola sesión sin incomodar al paciente y la tolerancia al tratamiento es mayor.
En la sedación moderada o consciente el paciente responde adecuadamente a órdenes verbales solas o acompañadas por leve estimulación táctil. No se requiere ningún tipo de intervención para mantener la permeabilidad de la vía aérea, la respiración es espontánea y la función cardiovascular usualmente se mantiene inalterada. Se consigue con la administración de fármacos intravenosos y es preceptiva la presencia de un médico especialista en anestesiología y reanimación.
Según el doctor Chamorro, "cuando planteamos un tratamiento bajo sedación procuramos unificar las distintas fases, de forma que actúan varios especialistas de forma coordinada y, de esta manera, se puede realizar en una única sesión y bajo sedación un tratamiento completo. Por ejemplo extracción de los dientes en mal estado, colocación de implantes dentales e instalación de una prótesis dental en una sola sesión de tratamiento."
En otras ocasiones nos encontramos con niños que no colaboran con el dentista para realizar el tratamiento que precisan; en estos casos es ideal realizar el procedimiento bajo sedación con la presencia del anestesista. Lo mismo sucede con pacientes muy nerviosos o con verdadera fobia el dentista, pacientes con discapacidad, etc.
Además, "gracias a la sedación consciente el paciente no sufre, no se entera de la intervención. Con el uso de fármacos modernos su sensación es la de haber estado durmiendo un rato y lo mejor es que a los pocos minutos de finalizar la intervención el paciente se siente totalmente normal, recuperado y listo para marcharse a casa", concluye el doctor.
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