En este sentido, es importante determinar el tipo de piel que tenemos antes de elegir un método de exfoliación: piel seca, piel normal, piel grasa, o piel mixta.
Una vez que lo tengamos claro, hay dos métodos para recurrir a este procedimiento desde casa. En primer lugar, la exfoliación mecánica utiliza un cepillo o una esponja que elimina físicamente las células muertas de la piel. En cambio, la exfoliación química utiliza sustancias químicas para disolver suavemente estas células.
La exfoliación mecánica utiliza un cepillo o una esponja para eliminar físicamente las células muertas de la piel, mientras que la química utiliza sustancias para disolverlas
Para evitar daños en la piel, la Academia Americana de Dermatología (AAD) ha establecido una serie de pautas a la hora de exfoliarse:
1. Cuidado con los productos que utilizas: algunos cosméticos o soluciones tópicas a base de retinoides, retinol o peróxido de benzoilo pueden empeorar la piel seca o incluso, causar brotes de acné.
2. Adapta la exfoliación a tu tipo de piel: en el caso de contar con piel seca, sensible o propensa al acné bastará con un exfoliante químico suave y un paño. En el caso de la piel grasa, ésta puede requerir tratamientos químicos más fuertes o exfoliación mecánica.
3. Trata el cutis suavemente:aplica el producto con pequeños movimientos circulares durante unos 30 segundos, y luego enjuaga el rostro con agua tibia. ¡Nunca caliente! Tampoco exfolies tu piel en el caso de tener alguna herida abierta o quemaduras solares.
4. Continua con humectante:los productos exfoliantes pueden secar la pie. Por este motivo, siempre deberías aplicar una crema hidratante inmediatamente después para mantenerla sana e hidratada.
5. Consulta con un dermatólogo: en caso de dudar, lo más recomendable es acudir a consulta dermatológica para adecuar los métodos y la frecuencia a tu tipo de piel, y asegurar así un buen proceso exfoliante desde casa.
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