¿Por qué fallan las dietas?

Desde Estetic.es te enseñamos cinco errores relacionados con el peso, la fuerza de voluntad y tu cuerpo que debes evitar…

Estetic
22 febrero 2017 | 10:30 h
¿Por qué fallan las dietas?
¿Por qué fallan las dietas?
Los primeros meses del año siempre vienen acompañados de buenos propósitos que, en su mayoría, se relacionan con unos buenos hábitos de alimentación y la práctica de ejercicio. No obstante, a medida que van pasando los meses se reduce el número de asistentes a los gimnasios y las dietas acaban fracasando, pero… ¿Por qué?

“Se trata de una meta prácticamente abocada al fracaso, ya que nosotros mismos somos los que garantizamos que el próximo año habrá que intentarlo de nuevo, por lo que se tiende al fracaso o al abandono”, concreta Traci Mann, profesor de psicología de la Universidad de Minnesota, en Estados Unidos.

Para ayudarte a que esto no ocurra, hay cinco errores relacionados con el peso, la fuerza de voluntad y tu cuerpo que debes evitar:
"Se trata de una meta prácticamente abocada al fracaso, ya que nosotros mismos somos los que garantizamos que el próximo año habrá que intentarlo de nuevo"

1. Desterrar alimentos: tal y como explica Mann la prohibición de ciertas calorías suele ser inútil, ya que provoca el efecto contrario. “Está bien reducir la ingesta de grasas o carbohidratos, pero no desterrarlos por completo o solo conseguiremos darnos un atracón”.

2. Basarse en el peso y no en la salud: no hay que obsesionarse con la báscula. Lo ideal es pesarse una vez a la semana o cada 10 días y mientras realizar ejercicio regular, llevar a cabo una alimentación equilibrada y saludable pese a seguir un plan de adelgazamiento, y procurar de reducir el estrés.

3. Desanimarse por no tener fuerza de voluntad: muchas personas se culpan a sí mismos cuando no son capaces de seguir una dieta o de ejercer el autocontrol. “Es necesario trabajar en ello varias veces al día para no rendirse y también aprender a premiarse de vez en cuando para no perder la motivación”, indica el profesor.

4. Dejarse llevar por lo que pide el cuerpo: nuestro organismo suele jugar malas pasadas cuando no se le introducen las calorías a las que está acostumbrado, por lo que genera una constante sensación de hambre, cambios hormonales que pueden traducirse en ansiedad y mal humor; y un cambio del metabolismo que habrá que vigilar.

5. Olvidar que cada persona pertenece a un rango biológico: independientemente del peso, cada individuo tiene una constitución genética que le sitúa en un intervalo de peso y altura. “Aunque no hay una fórmula científica para determinarlo, crearse expectativas imposibles o inadecuadas acaba generando el abandono de la dieta”, concluye Mann.


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