La investigación muestra que las grasas poliinsaturadas redujeron los niveles de colesterol y mejoraron la salud cardiovascular, la función cerebral y el crecimiento celular
Concretamente, el estudio publicado recientemente en la revista Lipids in Health and Disease analizó los efectos de uno de los compuestos del aceite de oliva, denominado hidroxitirosol. Para ello, alimentaron a cuatro grupos de ratones con una dieta rica en grasas durante un periodo de 12 semanas. Al final del experimento tomaron muestras de sangre y tejido para analizar los efectos sobre la composición de los ácidos grasos, la actividad de las enzimas y el estrés oxidativo.
En este sentido, observaron que las grasas poliinsaturadas redujeron los niveles de colesterol malo, mejoraron la salud cardiovascular, la función cerebral y el crecimiento celular. Por otra parte, el estudio también determinó que el hidroxitirosol se asocia con la prevención de los riesgos cardiovasculares y que reduce los signos de enfermedad hepática.
Una dieta alta en grasa también parecía elevar la resistencia a la insulina, de manera que los marcadores de los ratones que habían tomado hidroxitirosol se redujeron. Sin embargo, no eran tan bajos como los niveles de los ratones que habían estado en una dieta regular.
Por su parte, la reducción de las enzimas hepáticas se relacionó con un desequilibrio en los ácidos grasos que se encuentran en el hígado, el cerebro y el corazón.
Sin embargo, los ratones cuya dieta rica en grasa también se suplementó con hidroxitirosol mostraron actividad enzimática y composición de ácidos grasos similar a la de los ratones que se alimentaron con una dieta normal. Esto sugiere que el hidroxitirosol puede haber revertido los efectos perjudiciales de una dieta rica en grasas.
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