Dermatología y estrés, ¿qué tienen en común?

Según la dermatóloga María Calvo Pulido, casi el 30% de los pacientes que acuden a una consulta de Dermatología tienen asociado un componente psicológico.

Estetic
12 enero 2017 | 10:30 h
Dermatología y estrés, ¿qué tienen en común?
Dermatología y estrés, ¿qué tienen en común?
Hoy en día, todo el mundo habla de estrés. En una población en la que el 39% de las personas con edades entre 18 y 33 años declaran estar estresados, es creciente el interés por los efectos del mismo en las distintas enfermedades de nuestro tiempo.

El estrés se define como una serie de alteraciones que se dan en el organismo como respuesta a determinados estímulos, que superan nuestra capacidad de adaptación. Concretamente, existen estresores sistémicos, capaces de causar daño directo en la homeostásis o equilibrio de nuestro organismo, y otros estresores, que por sí mismos no causan daño, pero que son procesados por uno mismo como potencial peligro.

La doctora María Calvo Pulido, dermatóloga del Complejo Hospitalario Ruber Juan Bravo señala que "tanto pacientes como dermatólogos están convencidos de que el estrés puede empeorar determinadas enfermedades de la piel, de hecho, se estima que hasta un 25-30% de los pacientes que acuden a una consulta de Dermatología, tienen asociado un componente psicológico."
La asociación entre piel y cerebro se explica por la actuación de los neuropéptidos, que son capaces de provocar una reacción inflamatoria en la piel como respuesta a una situación de estrés

Numerosos estudios han demostrado como la piel es capaz de detectar por sus receptores de dolor, presión y temperatura, una situación estresante y mandar la información al cerebro. Pero al mismo tiempo, es en la propia piel donde se produce una respuesta inflamatoria a dicha situación.

Esta compleja asociación entre piel y cerebro se explica por la actuación de unas sustancias denominadas neuropéptidos, que son liberadas en las terminaciones nerviosas de la piel como respuesta a una situación de estrés, y que son capaces de generar una respuesta inflamatoria que provocaría empeoramiento de determinadas enfermedades cutáneas.

En este sentido, las principales afecciones cutáneas que empeoran con el estrés son y dermatitis atópica. Asimismo, el estrés se ha asociado a la aparición de brotes de otras enfermedades como dermatitis seborreica, alopecia areata y rosácea.

El estrés crónico también provoca el envejecimiento prematuro. Como concluye esta especialista,“una terapia para reducir el estrés, junto con el tratamiento dermatológico adecuadocontribuiría a una mejor adhesión al plan de terapéutico y consecuentemente mejores y más rápidos resultados.”


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