"Los productos que utilizamos día a día penetran directamente en las yemas al masajear el rostro, y en el resto si nos frotamos tras utilizar el producto en cuestión"
La respuesta es clara: Sí. De hecho, según Raquel González, training manager de Medik8, "Los productos que utilizamos día a día penetran directamente en las yemas al masajear el rostro, y en el resto si nos frotamos tras utilizar el producto en cuestión”. Por su parte, Estefanía Niego, training manager de Elizabeth Arden PRO asegura que "aplicar los productos adecuados y con efecto antiedad, será clave para mantenerlas jóvenes. Con terminar el ritual facial diario en las manos, su piel lo agradecerá enormemente”.
En este sentido, sus efectos se pueden ir notando progresivamente por tres razones:
1. El pH de las manos es menos ácido que en otras partes del cuerpo: su manto ácido protector está más deteriorado y hay que cuidarlo, así toda la hidratación extra ayudará a la piel teniendo unas manos jugosas.
2. Los componentes activos que tienen los productos del rostro, como por ejemplo el ácido hialuronico, son beneficiosos para la dermis, ya que suavizan la piel y la hidrata optimizando su aspecto final.
3. Componentes antiaging, como el retinol, consiguen evitar la falta de elasticidad y las antiésteticas arrugas que dejanunas manos agrietadas y poco agraciadas.
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