“La misma mano que ha creado el problema está tratando de crear la solución, pero más que al abandono total del tabaco se dirigen al mantenimiento a largo plazo de la nicotina”, ha criticado Yogi Hendlin, autor principal del último estudio de esta universidad.
"Más que al abandono total del tabaco se dirigen al mantenimiento a largo plazo de la nicotina"
Y es que, la problemática actual radica en la denominada “farmacoterapia”, es decir, en la transición de la industria del tabaco hacia una industria farmacéutica a través de la fabricación y la venta del “tabaco no combustible” y productos de nicotina sin la supervisión que requieren los fármacos reales.“Estas compañías han comenzado a adquirir filiales farmacéuticas y están produciendo artículos que se sienten como medicamentos”, ha indicado por su parte la doctora Pamela Ling, profesora de medicina de la Universidad de California en San Francisco.
Desde Philip Morris se han defendido en un comunicado: “Estamos haciendo esfuerzos significativos para que todos los que continuarán fumando, al menos cambien a alternativas sin humo”.
Concretamente, esta empresa presentó hace unos meses una solicitud a la Agencia Americana del Medicamento (FDA, por sus siglas en inglés) buscando la aprobación de un nuevo producto, denominado IQOS, de “riesgo reducido” en comparación con los cigarrillos. Un producto que, en caso de obtener la certificación, se convertiría en el primer ítem de riesgo reducido en el mercado.
En definitiva, las críticas no paran de llover ya que alegan que el esfuerzo de las compañías tabacaleras confunde a los consumidores, complica el proceso de regulación y legitima a la industria tabacalera como un socio sanitario.